Este taller fue impartido por Marimar, psicóloga sanitaria con amplia experiencia en el mundo de los trastornos de conducta alimentaria y gestión emocional.
En este taller formativo vino a hablarnos de la importancia de las emociones en patologías como la espondilitis anquilosante.
¿Qué es una emoción?
Es la respuesta y/o reacción psicofisiológica que experimentamos las personas ante determinados estímulos importantes para nosotros. Su función principal es ayudarnos a sobrevivir y adaptarnos al entorno. Podemos experimentar estas emociones como una nube intensa, que puede hacer que nos dificulte la manera de interpretarlas y/o gestionarlas.
¿Cómo hacemos para que la emoción sea menos abrumadora?
Hay que descomponerla:
- Descomponer lo que pensamos (Cognitivo)
- Descomponer lo que sentimos (Sentimental)
- Descomponer lo que hacemos (Conductual)
Podemos tener patrones de: siento-pienso-actuó/ actuó- pienso-siento, etc. Cuando desordenamos esas fases y nos sentimos que las emociones se hacen cargo de nosotros… hay que empezar a reorganizar la forma de proceder de la mano de un profesional.
Cognitivo (Lo que piensas)
Lo que pensamos en cada situación influye en como nos sentimos. “No merezco tener amigos” “Todo me va a ir mal”… probablemente nos entre miedo, ansiedad, malestar, etc.
Pero si nos hablamos de manera diferente “A mí alrededor tengo personas que me apoyan”, “Hoy ha ido regular, mañana veré todo de otra forma, va a salir bien”… pueden darnos calma y otra perspectiva.
Fisiológico (Lo que sientes)
Cada emoción esta asociada a una respuesta fisiológica
- Miedo: Aceleración cardiaca, tensión muscular e incluso falta de aliento
- Ansiedad: Manos sudorosas, tensión muscular, nudo en estómago
- Tristeza: sensación de cansancio y pesadez en las costillas
¿Qué sensaciones físicas acompañan a:
- Emocionada/o: animada/o, con energía, activa/o, feliz, etc.
- Pánico: sudoración, nervios, inquietud, temblores, agarrotamiento muscular, etc.
- Rabia: sentirse fuera de control, rigidez corporal, incomodidad, etc.
- Vergüenza: cara roja, sofocos, dolor de estómago, temblores, etc.
Conductual (Lo que hago)
Al sentir una emoción viene acompañada del impulso de actuar. Este impulso puede ser útil ante situaciones en las que es necesario una respuesta rápida como: saltar cuando un coche se acerca deprisa debido al miedo o defenderse en caso de que nos asalten.
A veces las respuestas que no son muy útiles:
- Alguien que se siente muy triste: puede ver la TV porque el pensamiento de salir de casa y afrontar el día puede ser muy abrumador.
- Alguien que siente ansiedad: puede tener la necesidad de salir rápidamente de una fiesta llena de gente.
- Alguien que se siente culpable: puede evitar por completo a un ser querido en lugar de interactuar con él.
¿Qué haces o tienes ganas de hacer cuando…
- Estás triste: Llorar (nos ayuda a liberar) o retirarnos para tener más espacios.
- Estás enfadado: Retirarse, golpear un saco de boxeo
Por ejemplo una situación: Mi amiga/o me cancela el plan
Conexión de la Salud Mental con la inflamación
La inflamación crónica es una respuesta inmunológica prolongada y desregulada que puede ser causada por diversos factores, como estrés crónico, mala alimentación y desarrollo de enfermedades. La inflamación crónica está relacionada con síntomas de ansiedad y depresión, así como el desarrollo de enfermedades inflamaciones y/o infecciones.
La relación entre estas enfermedades y los trastornos mentales puede ser bidireccional. La información crónica causada por la espondilitis anquilosante, puede afectar negativamente al funcionamiento del cerebro y aumentar el riesgo de desarrollas ansiedad y depresión.
Diferencia entre estrés y ansiedad
- Estrés: respuesta adaptativa ante una situación concreta. Se genera en el presente, finaliza cuando se termina la situación estresante.
- Ansiedad: respuesta adaptativa ante una situación concreta o general, más difícil de identificar su origen. Se genera ante situación mantenida en el tiempo. No hay final y general círculo vicioso.
¿Se puede obligar a alguien a ir a terapia?
Lo primero de todo es que la persona quiera acudir. Por ella misma, si no, no funcionará.
Esto se compone de varias fases:
- Precontemplación: se que pasa algo, pero no quiero cambiar
- Contemplación: algo me pasa, escucho consejos, pero todavía hay resistencia
- Acción: voy a terapia
Incomprensión a la que se enfrentan las personas con espondilitis anquilosante
Familiares/amigos que te hacen sentir culpables por sentir dolor: las personas con espondilitis a menudo se “tragan” el dolor o te sienten culpables, de que les duela, no se puedan mover, estén de baja, etc. Hay que hacerles entender que, aunque a la persona afectada le duela, ellos solo tienen que sostener, no tienen porque sentir nuestro dolor, solo necesitas su apoyo.
Profesionales poco humanos: A menudo son muchas las personas con espondilitis anquilosante que se encuentran con “profesionales” que carecen de empatía y les pueden hacer mucho daño a nivel mental y autoestima.
- “Tu no tienes nada”
- “Tu eres fuerte, sigue adelante”
- “Estás bien” “Tus analíticas están correctas”…
A menudo las personas que dan con estos “profesionales” tienen que dar mil explicaciones, volver a contar toda su clínica y sintomatología, no se sienten validados/as y tienen la sensación de dar tumbos, se sienten impostores/as… Y se sienten culpables.
¿Cómo se gestiona toda esa montaña emocional?
Todo ello genera múltiples sentimientos de ira, enfado y frustración, desde la atención psicológica hay que trabajar mucho la autoestima de estas personas y hacerles entender que no es su culpa, a la vez que se les dan herramientas para que puedan generar ese tipo de situaciones.
Puedes ver el taller en: